Al menos desde la implantación del carril bus, compensa dejar el coche en casa y coger el transporte público: se llega antes.
Para comprobarlo, solo es necesario seguir un bus de la línea 4 desde el comienzo de la vía preferente, en Federico Tapia, hasta su final, en la calle San Juan.
11:30h > Inicio del recorrido saliendo en paralelo con el bus, uno empieza a pisar el freno nada más comenzar. La marcha se retrasa por dos coches que intentan aparcar, al lado de unas furgonetas de reparto.
Después, al llegar a la plaza de Vigo, hay que sortear la larga cola de vehículos que esperan entrar en el párking. Y, mientras tanto, el autobús sigue su marcha y alejándose a pesar de las paradas que realiza.
Al llegar a la plaza de Galicia, el 4 ya nos ha adelantado por goleada. Ni siquiera se ve a lo lejos.
En el giro de Francisco Mariño a la plaza de Pontevedra, reconocemos el bus en la lejanía, ya que pierde algo de ventaja, pero la recupera en San Andrés, donde también nos pasa de largo el bus de la línea 11.
11.50 h. > Después de 20 minutos, el coche particular llega a la calle San Juan. Ni rastro del 4. Se supone que el 4 habrá pasado por aquí hará como... 6 o 7 minutos antes.
Resultado: amplia victoria del bus, y eso que no se tiene en cuenta el tiempo necesario para aparcar.
Fuente: La Voz
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