A raiz de la "accesibilización" de las paradas, también escuchamos pareceres diversos, fácilmente rebatibles, si apelamos al servicio que prestan a cientos de usuarios cada jornada (favoreciendo cumplimiento de horarios y maniobras de subida/bajada de pasajeros).
Y en relación directa con esta circunstancia, nos incidían en el perjuicio que percibían cuando un autobús se paraba "en medio de la calle" a hacer su parada. Nuestra respuesta eterna siempre venía basada en un sencillo argumento: las calles son el hábitat del bus urbano; el bus urbano debe ser (por razones obvias) quien tenga la prioridad, el privilegio, de moverse con soltura en la "jungla de asfalto" que es la ciudad. Y esto así os lo hemos expresado a muchos.
Y es esta idea fundamental la que adopta como estandarte Javier Becerra, periodista de La Voz de Galicia, para desarrollar una de sus "Crónicas Coruñesas", apoyada -a mayores- por su testimonio; y a la que le otorgamos un valor triple, ya que nace de la experiencia de usuario del bus, de su condición añadida de padre con carrito gemelar de bebé, y de la óptica del periodista a pie de calle. Ese periodista que atesora -de modo innato- conciencia y consciencia de los sucesos y sucedidos que seguramente algunos de los que "fachendean" que no han cogido un bus urbano en su vida, ni habrán leído en la prensa local esta mañana...
Reproduzcamos esta pieza; y si -con un poco de suerte- promueve en quien la lea alguna tentación de reflexionar, tan solo sea por unos minutos, sobre el presente (o el futuro!) de la accesibilidad en el bus urbano de Coruña -y la consideración y respeto que todavía "no sabemos" otorgarle-, podremos darnos con un canto en los dientes y concluir que el tiempo y el esfuerzo de uno y otros habría servido para algo y no caído en saco roto.
Gracias -de nuevo-, Javi.
CRÓNICAS CORUÑESAS
"El bus urbano tiene que
ser el rey de la calle"
Toca visitar a los abuelos con los niños. Primera opción, caminar. Hay que subir la cuesta de Pla y Cancela con solo un carrito. Acabaría echando el alma por la boca. Descarto. Podría ir en coche. ¡Buff! Plegar el carrito. Colocar a cada enano en su sillita. Llegar. Buscar un buen rato sitio. Terminar aparcando lejos. Sacar a los niños. Desplegar carrito. Y, aún así, andar un rato. Paso también. Al final elijo el bus urbano. Con la Millenium sale económico. Los niños no pagan y para ellos lo del bus aún es una aventura.
Llego al destino. ¡Sorpresa! Es un decir, claro. Por enésima vez hay coches aparcados en la parada de la avenida de los Mallos 11. El bus no puede acercarse a la acera y extender la rampa. Tengo que bajar a pulso del carrito. Me supone un esfuerzo. Lo asumo. ¿Y si fuera un anciano que le apetece llevar a su nieto ¿Y una persona en silla de ruedas? ¿Y otra con bastón a la que le cuesta un horror bajar ese medio metro de escalón que hay entre la puerta del bus y la calzada? Todos los viajeros conocemos la respuesta. Me pregunto si el que deja su turismo estacionado allí la sabe. O, directamente, pasa de todo.
La situación descrita se produce a diario en decenas de paradas de la ciudad. Los conductores del bus se resignan. No se puede trabajar en estado de cabreo permanente. En la avenida del Ejército, al lado de la delegación de La Voz de Galicia, no se recuerda la parada sin coches. A veces, incluso está el dueño del coche dentro. Llega el bus. No se aparta. Nadie le recrimina. Se asume que su recado o lo que sea tiene prioridad sobre el transporte colectivo.
@_AnaGZ retrata una tozuda realidad: #Doblefilia |
Un día colgué en Twitter una foto quejándome del hecho. Uno me contestó:
«Seguro que eres el típico amargado que no tiene dinero para un coche»
Triste pero cierto.
La solidaridad de los viajeros, ayudando, suple la desastrosa mezcla de incivismo y falta de control de la Policía Local. A veces, incluso es el responsable del bus quien tira de freno de mano, baja del vehículo y ayuda a un anciano. Yo lo vi. Una escena tierna, sí. Pero propia de una ciudad atrasada, en la que el coche particular manda por encima de todo.
El bus urbano debe reinar. Ha de ser el león que mande en la calle para que no sea una selva. Máxime ahora, que el transporte metropolitano entrará en el corazón de A Coruña. La eliminación del carril bus (cuyo trazado podría ser discutible, eso sí) y la idea de «vaya con el coche al centro, que hay párking exprés» fue un error. Incide en esa mirada equivocada de prevalencia de lo individual. Toca enmendarla. Pero antes hay que hacer eso que ningún gobierno local quiere hacer: vigilar y sancionar a quien incumple. Ganaría la colectividad. A Coruña sería mejor. Aunque, eso sí, se pierdan unos votos de inicio. Deberían retornar doblados a la larga.
Como colofón a la narración, recordaros que desde este mismo mayo de 2016, el acceso al bus urbano de Coruña ha de realizarse por la puerta delantera, y ya no por la central/trasera:
La norma de subida al bus varía:
Los carros, por delante!
Los carros, por delante!
ℹ#️Atención!— Busurbano (Coruña) (@BlogBusurbano) 26 de mayo de 2016
En el #BusUrbano de #Coruña
el carrito de vuestro bebé 🚼
➡️por la puerta delantera!
(salvo excepciones) pic.twitter.com/nycyZkH9wB
El cambio efectuado en la normativa se apoya en el argumento de la movilidad y la accesibilidad, y nos parece de perlas, a pesar de tener alguna salvedad que se compensa con la consideración de "excepción", que si leéis nuestro "DOSSIER", ya veréis comentada.
Fuente e imágenes:
La Voz de Galicia,
Blog Busurbano,
@_anagz,