El proyecto de ampliación de Alfonso Molina a un carril más en cada sentido entró en exposición pública en julio, y el Ayuntamiento ha presentado alegaciones, puesto que no tiene en cuenta su proyecto de urbanización, sino solo el acuerdo al que llegaron el Ministerio de Fomento y el Gobierno local en junio de 2016.
Una de las “grandes conquistas” en la negociación del Ayuntamiento con Fomento fue reducir la velocidad, pasando de 80 a 70 kilómetros por hora en los carriles del centro y a 50 los laterales, que llevan a los desvíos. Se trata de “calmar el tráfico” para conseguir que Alfonso Molina sea más amable para los peatones.
La cuestión es cómo conseguir que los conductores respeten el límite. Iago Carro, el arquitecto autor del proyecto de reurbanización, explica:
“Nosotros decidimos pintarlos en rojo”
El mes pasado, la Marea Atlántica organizó una charla en el centro cívico de Monelos donde Iago Carro tuvo oportunidad de explicar el plan que rechazó el Gobierno central por considerarlo peligroso.
“Hay muchos casos en España donde el propio Ministerio de Fomento pinta grandes zonas de rojo para señalar diferentes cosas”
Por ejemplo, reducciones de velocidad, núcleos urbanos, tramos peligrosos...
“No tiene ningún peligro e incluso pueden ser asfaltos mejores”
El objetivo de este cambio de color es separar para el conductor de forma muy evidente la zona por la que puede circular a 70 kilómetros por hora de la que tiene que transitar como si se encontrara en el centro de una ciudad.
Resulta difícil de creer que los conductores vayan a respetar el límite, sobre todo porque hoy en día, en el tramo más próximo al centro, circulan a 90 kilómetros por hora en una zona de 50. De ahí el cambio de color.
“Todo lo que está pegado a las casas y peatones, pintarlo en otro color, porque por ahí tienes que pasar a 50 kilómetros por hora e incluso a 40 en algunos sitios sería lo recomendable”
Como explicó Carro, se trata cambiar la percepción de los usuarios de lo que es Alfonso Molina. No una simple autopista, sino una verdadera avenida que vertebra gran parte de la ciudad.
“Palavea no es la periferia. Es el centro urbano”
Para el arquitecto, los movimientos que existen hoy en día entre los municipios del área y A Coruña han convertido la periferia en otra cosa. Y recuerda que hay vecinos de los núcleos que rodean Alfonso Molina que la utilizan como calle por la que se desplazan por el arcén, así que su plan trata de hacer visible esa realidad que para Fomento es peligrosa e incrementa el peligro de atropello.
Carro admite defectos en el proyecto:
“Quizá fue un error no definir la protección exacta entre acera y carretera. Pero se puede llegar a soluciones, como jerseys de hormigón”
A la espera de si prosperan o no las alegaciones presentadas por la Concejalía de Regeneración Urbana, el experto opina que “tenemos que aceptar el proyecto de ampliación”. Pero pintar de rojo parte de la calzada podría obrar un cambio psicológico en la forma de cómo los usuarios ven Alfonso Molina:
“Sería ese espacio de futura negociación. Ahora aceptamos esa ampliación de Fomento pero podríamos acostumbrarnos a ver una zona de tránsito de tres carriles centrales y que el resto es otra cosa”
La obra de ampliación costará 19 millones de euros y todavía no hay fecha para el comienzo de las obras, pero Carro piensa en el futuro:
“Un día recuperaremos ese rojo. Cuantas más personas lo veamos, más tendremos la sensación de que se parece a una calle y no a una autopista”
La propuesta municipal para Alfonso Molina incluye, además de carriles en rojo, grandes paradas de buses como las del área
Fuente y gráfico:
El Ideal Gallego, 09/08/2017, A.P.
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