17 de enero de 2016

El mal estado de algunas de las #marquesinas del bus urbano de #Coruña es para hacérnoslo mirar...

La Voz realiza un reportaje sobre el estado -lamentable en algunos casos- de las marquesinas de las paradas del bus urbano coruñés. La cuestión cívica hace que este mobiliario en particular sea pasto de los grafiteros incontrolados (los que no molan) o los gamberros por vocación.

El objetivo prioritario de los vándalos: Restos de carteles y muchas pintadas deslucen algunas de las paradas de transporte, unas estructuras que los usuarios del bus urbano piden que aumenten.

Las pintadas y el que sirvan como soporte para colocar cualquier tipo de papel o cartel son los principales males que dañan las marquesinas de la ciudad. La gran mayoría presenta un buen estado y lucen paredes sin marcas, pero hay casos puntuales que necesitan un nuevo repaso y en otros muchos su ausencia es una de las reclamaciones de los vecinos, sobre todo durante estos días de lluvia.

Imagen "capturada" de la edición en papel de La Voz
Por abandono, como lo es también el proyecto que las impulsó en su día, las del tranvía son las que llevan la peor parte, desde que el anterior gobierno municipal decidiera suspender su continuidad en el 2011 debido al estado de las vías, las estructuras que deberían servir para aguardar a los viajeros acumulan óxido (frente a la antigua finca de los Mariño), cristales rotos (delante del Meliá María Pita) y mucha propaganda (las Esclavas).

En la Zapateira, las marquesinas, sobre todo en la avenida de Nueva York, compiten en número de pintadas, también se suma a esa particular liga la situada frente al Acuario. Restos de propaganda también se puede ver en las de la plaza de España, delante de la farmacia.

Imagen "capturada" de la edición en papel de La Voz
La humedad también deja estampas curiosas como la marquesina vegetal situada junto al hospital Abente y Lago, que no desentona en cuanto a la estética con la piedra de la Ciudad Vieja, pero que no resulta un gran elemento de protección.

Sin embargo, la que presenta el estado más ruinoso es la situada en el barrio de Campanario, que no cuenta con parada del bus urbano. Es una infraestructura castigada por las pintadas y el tiempo, que lo único que resguarda es un entorno todavía más destrozado.

El diseño de la Marina no protege.

Las paradas más modernas son las situadas en la remodelada Marina. El cristal prima en una estructura que pretende no impactar visualmente con el entorno, pero que los usuarios critican porque tampoco cumplen su función de abrigar. La falta de «paredes» complica parapetarse los días de viento en unas paradas con vistas al mar.

Tanto monta...
Con respecto a las marquesinas de Puerta Real, como ya os comentamos hace unos meses, su diseño es plagio de las de la Plaza de España, de similar "eficiencia". El caso es que se han diseñado-vuelto a instalar pensando más en lo bonito que en lo efectivo. Hablando de "hacerlo bonito y no efectivo", ni os comentamos el desastre y vergüenza que nos causa el hecho de que el firme de la Marina está destrozado a ocho meses de su inauguración; incluso el arquitecto alertó de la necesidad de hacer las cosas mejor... Figuraos.
Fuente e imágenes: La Voz de Galicia

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