Por ello se sucedieron las quejas. Pero también por la carencia de señalizaciones de aviso.
En el caso del bus urbano, Tranvías habilitó una parada en la rotonda del Paseo Marítimo, donde se aparta para bajar a Adormideras. El problema era para quien quería subir la cuesta, que según para qué edades es más o menos "delicada". Y cuenta El Ideal Gallego que
"la Compañía de Tranvías lo solucionó poniendo a su disposición uno de los coches eléctricos de Inspección, que recogía a los viajeros abajo y los subía hasta la rotonda del otro lado"
Efectivamente, un inspector a bordo de unos de los Renault Zoe rotulados con el logo de la empresa se dedicó durante parte del día de ayer -y también la tarde del miércoles- a trasladar usuarios -los que más inconvenientes sufrían a la hora de tener que vencer ese trayecto andando- hasta la parada provisional de la rotonda del Paseo. Y los que no quisieron aguardar su turno, se las vieron con la cuestecita, llegando como bien pudieron "a la meta".
Entendemos que es un detalle por parte de la empresa, muy a tener en cuenta y que se sale de lo corriente (Por lo del Zoe y eso...; ¿lo pilláis...? (...) Bueno, dejémoslo...)
Remata el artículo El Ideal aludiendo a la quejas de los vecinos y a las obras que se vienen ejecutando desde hace unos meses. Al inicio del post ya habéis visto las obras que se estaban acometiendo hace unos días en la parada 150, la de la Playa de San Amaro.
Quejas y cansancio
Para cuando llegaban, se encontraban de un comprensible mal humor. "Esto es un parche, lo que tendrían que hacer es cambiar todo el asfalto, que está hecho una puta mierda", denunciaba un congestionado septuagenario. Una señora, también falta de resuello, protestaba porque hasta ahora no hubieran hecho nada por el barrio.
El caso es que los obreros apuraban todo lo posible para terminar los trabajos de reasfaltado antes de que cambiara el tiempo. El objetivo era terminarlo todo ayer, para que la ciclogénesis explosiva prevista para hoy no les pillara en medio de la faena. Como algunos de los parches se encontraban justo en medio de la calle, el autobús no podía bajar, aunque sí los turismos a los que se les daba paso de forma alterna.
Pero este episodio, lejos de ser anecdótico es, para muchos residentes de Adormideras, la prueba de lo precarias que son las comunicaciones en su barrio.
Eso no quiere decir que durante el mandato de Xulio Ferreiro no se hayan acometido obras. Las de la rotonda de Adormideras se llevaron a cabo en marzo. Como señaló el concejal de Regeneración Urbana, Xiao Varela, con esta intervención se resolvían los puntos negros de accesibilidad La acera de la derecha se amplió para ganarse espacio para el peatón y para la plantación de arbolado. El edil había presentado este proyecto el 14 de febrero, junto contras intervenciones. Además de la rotonda y la ampliación de aceras anunció también mejoras para la parada de bus y una estación de aparcamiento de bicicletas. Toda la actuación tenía un presupuesto de 30.000 euros. Varela reconoció que el barrio cuenta con una población de edad avanzada a la que le cuesta afrontar la empinada subida.
Fuente:
El Ideal Gallego, 06-06-2019, A.P.
Imágenes:
Blog Busurbano
Quintana
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