23 de julio de 2007

Reflexión, el bus, la circulación , aparcamientos, conviencia al fin.

En El Ideal Gallego hallamos una reflexión habitual en nuestro pensamiento, y ocasional en nuestros comentarios. Leedlo, por favor, lo reproducimos textualemente.

La ocasional incompatibilidad entre coches y autobuses
La paciencia es y será siempre la mejor arma para combatir los problemas que se dan en el tráfico urbano. Muy en especial, cuando se trata de evitar, esquivar o esperar a que un bus realice su parada. En este punto, no son pocos los que se muestran críticos con el transporte público porque ralentiza la circulación y causa numerosas retenciones.

Sin embargo lo que no se tiene en cuenta, es el hecho de que muchas veces los buses no pueden detenerse en condiciones porque hay coches en doble fila o en el hueco habilitado para efectuar la parada que está señalizado con línea amarilla en zig-zag.

Claro está que en otras ocasiones, la responsabilidad recae en los propios conductores del transporte público, que para ahorrar tiempo en su tarea prefieren mantener el vehículo en medio del carril, molestando a lo demás usuarios de la vía.

En las calles de A Coruña hay numerosos ejemplos de paradas que dificultan la circulación, ya sea por descuido de unos o de otros o por el propio lugar está ubicado en una zona complicada para el tráfico.

El abanico de situaciones va desde la habitual molestia de tener que esperar a que el bus recoja a sus pasajeros hasta el peligro que supone tener que esquivarlo cuando se conduce a más de 80 kilómetros hora.

Como en Lavedra, justo debajo de la pasarela de Matogrande, donde los buses apenas tienen un margen para detenerse e invaden la calzada obligando a los coches que vienen detrás a maniobrar bruscamente.

Algo similar se da justo enfrente, a la altura del Carrefour, donde los vehículos que acceden a la carretera de Pocomaco deben esquivar el bus que se incorpora a Alfonso Molina

En las demás situaciones de paradas conflictivas, el principal problema son las retenciones que causa el volumen de tráfico, la acumulación de líneas de transporte público en un mismo lugar o la configuración de las propias calles que no permite la circulación en ambos sentidos si hay un bus parado.

Esto origina la habitual picaresca de saltarse una línea continua, como en la zona del hospital Militar o de la estación de San Cristóbal.

San Andrés, la avenida de La Marina y Matogrande son también un buen ejemplo de como la densidad de tráfico y la falta de aparcamientos dificulta el trabajo de los autobuses.

El "quid" de la cuestión está en atribuir la responsabilidad a quien la tiene. Muchos usuarios creen que el Ayuntamiento debe de hacer algo al respecto, como habilitar un carril exclusivo para bus y taxi o cambiar algunas paradas, lo que podría conllevaría a una amplia reestructuración del mapa viario urbano coruñés.

Por el momento, la paciencia es el único secreto para no desesperarse y conseguir una convivencia pacífica entre transporte público y privado.

1 comentario:

  1. la solución pasa, en muchos casos, por poner carril bus y paradas más amplias (la mayoria de las de el catorce no entra ni metiendolo marcha a tras aunque este vacías de coches) y mas multas a los que aparcan mal.

    En cuanto a las paradas de alfonso molina... bueno, simplemente es que no tiene nombre y no se como todavían no ha habido alguna desgracia. Como siempre, le pondran solución cuando ocurra alguna.

    ResponderEliminar

Aquí tienes tu espacio para comentarios busurbanos...: