Un sólo vehículo bastó para paralizar por completo el carril bus a su paso por la calle de Federico Tapia, causando un retraso en el transporte colectivo en las líneas 4, 6, 22 y 24 (*) y un embotellamiento que llegó hasta la avenida de Alfonso Molina. El suceso tuvo lugar hace como 24 horas, cuando aumenta el tráfico proveniente de Alfonso Molina y que penetra en la ciudad a través del viaducto de Federico Tapia.
(*) Nota aclaratoria: Las líneas afectadas realmente fueron la 4 , 21 , 22 , 23 , 24 y Especiales Universidad - que es el que se ve en la segunda foto del diario-; la línea 6 que enumera El Ideal Gallego no pasa por ahí; para algo hemos elaborado la web busurbano.tk, para tener información a mano.
Uno de los coches se aproximó demasiado a los obstáculos que dividen la calle en dos carriles: una para el tráfico y otro para el bus, los taxis y las motocicletas. El resultado fue que el turismo acabó a horcajadas sobre estas señales, [mal] llamadas aletas de tiburón y el conductor se vio incapaz de sacarlo de allí por sus propios medios.
El accidente tuvo lugar en un punto muy estrecho, justo a la altura del desvío de la calle de Juan Flórez hacia la avenida de Alfonso Molina, y los buses se vieron imposibilitados para cruzar por ninguno de los dos carriles.
Motoristas del 092, acudieron al lugar de los hechos. Después de constatar que, efectivamente, el vehículo se encontraba inmovilizado, llamaron a la grúa municipal para que lo retirara. De nada sirvió que fuese un BMW con propulsión trasera...
Mientras tanto, la situación empeoraba. El tráfico proveniente de fuera de la ciudad ya había copado el viaducto sobre Alfonso Molina y continuaba por toda la extensión del desvío hasta llegar a la principal vía de entrada de la ciudad, donde seguía acumulándose en el carril de la derecha. Según fuentes de la Policía Local, la situación se prolongó durante quince o veinte minutos.
Cuando por fin la grúa consiguió retirar el coche atrapado en las aletas de tiburón, el tráfico de vehículos privados volvió a la normalidad, pero el bus tuvo más problemas para hacerlo, dado que el embotellamiento había trastornado totalmente su frecuencia habitual. El resultado fue que los viajeros tuvieron que esperar durante más de media hora a que llegara su transporte.
Varios portavoces vecinales habían pedido la retirada de las aletas de Federico Tapia por considerar que dificultaban las maniobras del tráfico, especialmente las entradas y salidas de los garajes que existen en esa calle, además de considerarlas antiestéticas. Sin embargo, el Ayuntamiento siempre se ha negado: aseguran que los conductores no respetarían el Carril-Bus.
(Aún seguimos con esas...)
Estos hechos puntuales, fruto del despiste, de la nulidez y desconocimiento del código, nos recuerdan una experiencia de este tercer tipo en concreto. Un coche blanco con matrícula de Lugo que circulaba por Rosalía de Castro gira hacia la Calle Betanzos, cruzando lógicamente el Carril-Bus, con la suerte de que el bus ni iba lanzado ni estaba tan próximo.
Por desgracia tuvo que frenar igual, porque el coche blanco de Lugo casi se carga a una moto que circulaba por el vial inmediatamente delante del bus. El motorista, ávido de reflejos, se medio metió al paso de cebra de la Calle Betanzos, parándose y echándole la bronca al turismo foráneo. "Uno de Lugo", decían los pasajeros. "Qué medo, este non conoce nada". En fin.
Pues cual es el colmo de los colmos, que cuando el bus en cuestión está a punto de enfilar San Andrés, el susodicho de Lugo se salta el semáforo en rojo de Juana de Vega y se cruza por delante del autocar parar tomar también San Andrés.
"¡Outra vez! ¡Pero se é o mesmo de antes!". "Si, señora, si, o mesmiño...". "Pois en Lugo teñen Carril-Bus, ¿ou?". "Si, señora si, pero coma se non o tiveran..."
Esta vez sí le cayó una "pitada". Y lástima de un municipal por allí. Vale que ocurre a menudo. Una vez! Pero dos, y de esta manera... Uf, va justo, ¿no?
Moraleja: Precaución, y sobre todo conocer las normas de circulación en casco urbano. Por favor. Nos va la seguridad y la integridad física en ello.
Fuente e imagenes: El Ideal Gallego y Google Street View
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23 de marzo de 2010
Un conductor “trepa” a los separadores del Carril-Bus y bloquea el tráfico un buen rato.
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