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La reforma completa de San Andrés tendrá que esperar. El Ayuntamiento no ejecutará la remodelación del tramo comprendido entre la iglesia Castrense y la plaza de Pontevedra hasta que esté listo el nuevo plan de movilidad sostenible.
El gobierno local firmó el contrato para la redacción del documento, del que se encarga la UTE formada por las empresas Eptisa e Ineco, el pasado 21 de marzo y, de acuerdo con los plazos establecidos, deberá estar finalizado en nueve meses.
En el departamento de Infraestructuras, el concejal de Urbanismo, Martín Fernández Prado indica que la intención del concello es completar la remodelación de San Andrés, mas asegura que para acometer la reforma de San Andrés no es necesario esperar a que el documente esté aprobado de forma de forma definitiva, pero sí se necesitan conocer sus conclusiones, para saber qué tipo de circulación se fija para la vía:
Por ejemplo, cómo va a funcionar el transporte público en la calle, el número de buses que van a circular por la misma o cualquier otra posible variación del tráfico que se pueda establecer en el plan de movilidad.
[Sí, nosotros también estamos intrigadíiiiisimos en conocer esos datos y previsiones sobre cómo van a funcionar los buses urbanos por esta vía y entorno...]
En el Ayuntamiento ya tienen sobre la mesa dos alternativas de reforma, que se podrían poner en marcha una vez esté listo el documento que resolverá la movilidad en el municipio. Por el momento, los vecinos y comerciantes de la calle tienen que conformarse con las obras de asfaltado de la vía, una actuación muy demandada debido al mal estado en el que se encontraba San Andrés, en especial, tras la retirada de las aletas de tiburón que delimitaban el carril bus, a principios de diciembre de 2011, con la llegada del PP al gobierno local.
En la actualidad, solo el tramo comprendido entre la iglesia Castrense y la calle de Panaderas presenta una imagen renovada. Los trabajos de reforma se iniciaron en febrero del año pasado y se prolongaron durante nueve meses. El objetivo del proyecto era convertir San Andrés en una calle de plataforma única, preparada para convertirse en una vía peatonal en cualquier momento. Las obras incluyeron la renovación de todas las canalizaciones, y permitieron instalar un pavimento de adoquín en el espacio reservado para la circulación de los vehículos. También se dotó a la zona de bancos nuevos, se plantaron árboles y se ensanchó el espacio reservado para los peatones. A la reforma se sumó, en una segunda fase, la remodelación de Marqués de Pontejos, donde se siguió el mismo modelo que en San Andrés. En total, el Ayuntamiento invirtió 900.000 euros en todas las actuaciones.
El cambio de imagen de este tramo de la calle vino acompañado de una serie de modificaciones en la circulación. Tras la reapertura al tráfico de la vía se restringió el paso de autobuses y vehículos pesados por el tramo reformado de San Andrés. Una de las novedades que más polémica generó fue la decisión de Tráfico de desviar los buses hacia el Paseo Marítimo a la altura de Rúa Alta, eliminando la parada de Panaderas (y una anterior de San Andrés).
Fuente e imagen: El Ideal Gallego
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