1 de diciembre de 2009

-Niño, de mayor quieres ser...? -Busero! -¡Niiiiño! (dejad que los niños se acerquen al bus... urbano).

Quizá fuisteis afortunados en vuestros años de colegio y os hayan llevado alguna vez de excursión. Puede que a ver cómo funcionaba un periódico, un hospital, una gran fábrica -por ejemplo Citroen de Vigo-, la Coca-Cola, Leyma, la Policía Municipal, los Bomberos...

Y si no tuvisteis esa oportunidad, quizá la hayan tenido vuestros hijos, sobrinos... En ese caso, ¿no les habéis notado la emoción de conocer por dentro algo de lo que ellos tenían seguramente un concepto distinto? ¿Algún canijo no ha llegado a casa proclamando que quería ser médico, policía o bombero?

Todo eso es muy positivo, porque despierta en ellos una ilusión, puede que una orientación temprana -lógicamente no definitiva en muchos casos- y en todo caso una comprensión de cómo funcionan las cosas y los mecanismos sociales que les rodean en su entorno más próximo o más general.

Sin ir más lejos, durante algunos días de mayo pasado los más pequeños de todos han aprendido cómo ser peatones responsables, el modo de cruzar las calles por los pasos de peatones y con su semáforo en verde... Luego os remitiremos al artículo que lo detalla.

Nos rondaba por la mente este tipo de ideas y la hemos visto plasmada en San Sebastián. Hemos estado por allí alguna vez y hemos constatado que el transporte público disfruta de un funcionamiento "ligeramente" distinto al que apreciamos aquí. Su fama y consideración están a otro nivel, así como la información y el contacto con el usuario. No son mal ejemplo, no...

A lo que vamos: En San Sebastian, por seguir con este modelo, la empresa de transporte urbano -DBus- recibe a los niños en excursiones de colegio.

¿Alguna vez alguien les ha explicado a los niños coruñeses cómo funciona el bus urbano en su ciudad? (sin calificar a los buseros, claro). ¿Habéis tenido alguno de vosotros la oportunidad de conocer el funcionamiento "desde dentro" de los buses coruñeses?

Pues los niños de allí, sí. Y alguno os preguntaréis "¿y qué les enseñan?". Seguramente forma parte de la educación, de la idea de inculcar el transporte público -y más en estos tiempos- como apuesta por la movilidad, respeto al medio ambiente... "¿Y qué les enseñan?", insiste alguno.

Con esta iniciativa se pretende que los niños de los centros escolares puedan visitar las instalaciones de Donostiabus y conocer el funcionamiento del Transporte Público y del taller de autobuses. Está pensada para niños de edades entre 4 y 10 años, y dura aproximadamente 1 hora.

Ojead el programa de visitas y lo que pueden aprender. No ya para estimular una vocación temprana -¿existe la vocación de conductor de autobús?-, sino para integrar a los más pequeños en el discurrir de la sociedad, en el aprendizaje a desenvolverse en su entorno. Muchos de estos aspectos forman parte de las recomendaciones busurbanas que pronto podréis volver a consultar en busurbano.tk y que son adecuadas para todos, no solamente para los niños (cómo pagar, los asientos para minusválidos, etc.):

* Bienvenida
* Organización de una empresa de autobuses: conductores, inspectores, mecánicos
* Control de los autobuses: Recorridos, tiempos y paneles en las paradas.
* Viajar en autobús:
o Diferentes líneas y sus numeraciones
o Diferentes modos de pago (en metálico, con tarjeta)
o Diferentes modos de acceso al autobús
o Plazas reservadas a personas de movilidad reducida
o Cómo actuar para bajarse del autobús
o La rampa de minusválidos y la inclinación de la suspensión
o Lugar reservado para minusválidos y cómo deben ir sujetos
* Limpieza de los autobuses y repostaje
o Máquina de lavado
o Aspiradora
o Repostaje
* Visita al Taller: mantenimiento y reparaciones
o Mantenimiento de autobuses
o Reparación de autobuses
o Elevadores para realizar las operaciones
* Reparto de caramelos y recuerdos
* Foto de grupo
* Despedida

Y os aseguramos que el día que en la ciudad de La Coruña esta sea una práctica rutinaria en la mayoría de los colegios, es que algo en esta ciudad estará cambiando, progresando y evolucionando en la buena direccción. Que tome nota quien tenga que tomarla, que estaremos esperando para aplaudir en su momento.

No nos diréis que no es posible, en pleno siglo XXI... Es más, nos comprometemos a realizar la labor didáctica nosotros mismos, si ello fuese necesario! (previa negociación económica, se sobreentiende... ;-)

A modo de "comparación", veamos la experiencia de los niños de Santa María de Oza que les hizo la Policía Municipal, hace unos meses, según El Ideal Gallego.

Los padres les enseñan a andar y los policías locales, a ser peatones...

(...) En cuanto entraron en la clase, un par de niños se echaron a llorar. Uno de los policías locales, el oficial Gerardo Martínez, del equipo especial de Educación Vial, suspiró: “La culpa es de los padres, que nos usan como si fuéramos el coco. Les dicen: tómate el bocadillo, que si no llamo al policía”.

Después de convencer a los niños de la guardería de Santa María de Oza, en el Barrio de las Flores, de que su visita no tenía nada que ver con su dieta y de que no pensaban apartarlos de sus padres, Martínez y su compañero procedieron a enseñarles algo del equipo policial y a iniciarles en lo básico de la educación vial, que en su caso se reducía a tres puntos: mirar antes de cruzar, hacerlo por un paso de peatones y dándole la mano a los mayores. “Tienen sólo tres años de edad, así que no es lógico meterles demasiada información”, explicó el oficial.

Después de diez minutos, salieron a la calle para poner en práctica lo aprendido: 18 niños en fila y de la mano de sus padres. La procesión la abrían y la cerraban los agentes municipales. Antes de cruzar cada calle, les preguntaban qué había que hacer, pero la respuesta no era fácil para unos niños tan pequeños que sólo se sabían el nombre de dos de los tres colores del semáforo. Al final, consiguieron regresar sanos y salvos a la guardería, donde los policías permitieron a los pequeños subirse a su coche patrulla y jugar con la sirena y el altavoz. Uno de ellos le cogió el tranquillo enseguida. “¡Alto, policía!”, gritaba por el micrófono.

“Hacemos pocas visitas a las guarderías -confesó el oficial Martínez- aunque los colegios los visitamos todos a lo largo del año”. Habían acudido a Santa María de Oza porque su directora lo solicitó a través de la página web del Ayuntamiento. La docente había querido implicar en la actividad a los padres de las criaturas. “Es una buena idea -reconoció el oficial- porque luego los niños se aseguran de que los mayores cumplan las normas. Eso es algo que hacen bien: chivarse de sus padres”. Quizá porque esperan conseguir así una condena menor por no comerse el bocadillo.

El artículo, pero en este caso, por La Opinión. ¿Tenéis alguna aportación al respecto?

Imágenes: El Iedal Gallego, Mercedariasferrol.net , C.P.I do Feal de Narón, La Opinión de A Coruña

3 comentarios:

  1. si los colegios lo solicitan, Tranvías siempre manda autobuses para esta labor. Hace unos años la profesora de mi hija pidió dos autobuses para llevar tres clases de visita a la Coca cola, y yo me ofrecí de conductor, además de otro compañero padre de otra de las niñas. Les enseñamos a los niños como se usa el transporte público. Lo que hacía falta es hacer de esto una campaña continua como la que contáis, por parte de empresa y Ayuntamiento.

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  2. Tú lo has dicho, Pelouro!

    Pero el caso que cuentas es como "de paso que...". Como dices, una campaña con continuidad, pero dentro de otra campaña mayor de acercamiento al transporte público.

    Un saludo!

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  3. Yo de visitas escolares pocas tuve en Coruña... y todas han tenido como empresa de transporte Autos Coruña (que en el 97 fue absorvida por Autos Tito, cambiando el año siguiente a lo que actualmente es Autocares Vázquez). La Domus, la casa de los peces y el museo de Santa Cruz de Oleiros fueron los puntos de destino.

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