6 de diciembre de 2017

La marquesina nueva de los buses metropolitanos "luce" los efectos del botellón de Méndez Núñez.

Creemos caracterizarnos en el grupo por ser "exigentes" en aspectos que conciernen a un mejor y más razonable servicio al ciudadano, básicamente en el ámbito del bus urbano: destacamos pequeños detalles que, de solucionarse y sumados, formarían una base sobre la que atacar otras cuestiones de mayor relevancia.

(Estos días festivos son algo "peligrosos":
motivan la escritura relajada y reflexiva! ;-)

Criticamos ciertas conductas que no son ejemplo a seguir por los más pequeños y solamente perjudican a unos mientras que los que las realizan demuestran una desatención y una desconsideración mayúsculas: los aparcamientos indebidos que alteran la dinámica del transporte público, esencialmente. Sin ir más lejos, en estos días, la cuenta "Ni civismo Ni educación‏" [@Civismo0] está dejando perlas de cómo se aparca en las paradas de la Av. dos Mallos, donde los buses de la línea 11 articulados no pueden recoger viajeros en silla de ruedas.

Ya tocaremos este tema en posteriores semanas.

En otras ocasiones, nos servimos de la inmediatez de Twitter para manifestar en algún #OfftopicBusurbano otra indignación que compartirían el 90 % de las personas que conocemos. Es el caso de los efectos de los botellones -en esta última época- en los Jardines de Méndez Núñez. Fijaos y leed bien: hemos escrito "los efectos"; no el botellón en sí.
Nos ha dado la risa, por no formular otra expresión, cuando hemos leído en la prensa local el caso de la flamante y recién estrenada marquesina de los buses metropolitanos, sita en Entrejardines, anexa al "botellódromo consentido" de Méndez Núñez... y en lo que corre el riesgo de convertirse cada fin de semana.

Y así bien lo resume La Voz:
  • Viernes, 1 de diciembre.
La marquesina de Entrejardines amanece llena de botellas de alcohol. Los propios usuarios, ante la sorpresa de los conductores de los buses interurbanos, esperan, pese a la lluvia, fuera de esta estructura, ya que era imposible sentarse. En el cristal de la marquesina, un grafiti de irregular caligrafía en tono azul dicta: «Siente apnea freak».
  • Sábado, día 2 de diciembre.
La Xunta manda a una compañía de limpieza a borrar la pintada de la recién estrenada estructura.
  • Martes, día 5.
Aparece otra pintada, esta vez en el otro extremo de la marquesina, en la parte más próxima al puerto. En esta ocasión, el color utilizado es rojo.

Es la cronología de los distintos actos vandálicos contra la marquesina de Entrejardines, que en un mes ya ha pasado de ser un urinario para los usuarios del botellón de Méndez Núñez a un lienzo donde firmar con rotuladores permanentes.


A lo largo de esta semana la conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez, remitirá al alcalde, Xulio Ferreiro, una misiva para expresarle su preocupación sobre estos actos vandálicos y la petición de que se refuerce la seguridad en la zona para evitar nuevos sucesos, según han confirmados fuentes de la consellería.

En la zona hay una cámara de seguridad que podría haber identificado a las dos personas responsables de las pintadas, pero se encuentra cubierta de maleza y, tal y como confirmó la concejala de Participación, Claudia Delso, durante un debate en Radio Voz, no se sanearán estos puntos hasta la temporada de poda.

Además de esta cámara, hay otras en el entorno de los jardines de Méndez Núñez que tampoco pueden captar imágenes de gran importancia para la Policía Local. Los usuarios y paseantes se quejaban ayer «de la falta de vigilancia en la zona». Son conocedores de que...
«...en Entrejardines existe una cámara de vigilancia que controla el tráfico en la zona, ¿cómo no son capaces de dar con esos vándalos que arrasan una de las zonas más sensibles de la ciudad?»

Estos actos ya han perjudicado directamente a los usuarios del transporte metropolitano, que han llegado a no poder usar los bancos.


Son precisas medidas disuasorias ya. Y si hay que podar a destiempo para habilitar las cámaras de vigilancia, no sabemos a qué se está esperando. El lugar sin duda que gusta para alternar y pasarlo bien por las noches, pero hasta un límite. Y el primer límite es la limpieza y el cuidado del entorno. Seguro que si no es por este detalle, no estaríamos hablando de esto.

No hemos mirado esta mañana a ver si se han reproducido pintadas, desperdigado más basura, orinado en alguno de los bancos... o directamente atentado contra los cristales de las marquesinas... Tiempo al tiempo.

Fuente: 
La Voz de Galicia, 06/12/2017, E. Mouzo  
@VozCoruna@Civismo0

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