Así son llamadas las investigaciones "de moda" en estos meses. Pikachu, concretamente, es la rama en A Coruña de la operación Pokémon, que investiga presuntas adjudicaciones irregulares al grupo Vendex, y en estos días se ha dado a conocer su extensión por el palacio municipal de María Pita ya que afecta al gobierno local del PP que dirige Carlos Negreira y al PSOE, primer partido de la oposición.
Pero no son estos los contenidos que nos apasionan, sino lo que tiene directamente que ver con el transporte público, con lo cual, dejamos la mención hecha en la noticia que reflejamos en la conclusión de este post. Recuperando algunos contenidos busurbanos pendientes de este mes de diciembre, a mediados
La Voz publicaba una noticia en la que se refería a "contratos municipales de ruína"...:
El Ayuntamiento de A Coruña tendría que desembolsar casi tres millones de euros a la empresa Cespa, a la que adeuda todas las actualizaciones del contrato de limpieza de calles desde el 2008. Pero en María Pita llueve sobre mojado cuando se habla de adjudicaciones conflictivas y deficitarias. La más conocida es la de la grúa y la ORA, en manos de la empresa Doal, filial de grupo Vendex. Doal ganó el concurso al rebajar el coste fijo del contrato para el Ayuntamiento a 3,37 millones y con la promesa de cederle el 95 % de los ingresos obtenidos a partir de esa cantidad. Pero el acuerdo también dice que si los ingresos obtenidos por la grúa y la ORA no llegan a esa cifra, María Pita deberá pagar la diferencia.
El servicio fue deficitario por primera vez en el 2008, y nunca dejó de serlo. De acuerdo al contrato, el Ayuntamiento tuvo que pagar a Doal 711.000 euros en el 2010; 749.000 en el 2011; 778.000 en el 2012. Así hasta superar los 2,8 millones, que no incluyen las pérdidas previstas para este ejercicio, otros 495.000 euros. La aparición del déficit a partir del 2008 coincidió con una drástica reducción del número de coches recogidos por la grúa. Pero el peculiar contrato otorga a Doal una cantidad fija que este año roza los 3,87 millones de euros, sin que influya si la empresa retira pocos o muchos.
El acuerdo está siendo revisado por la juez Pilar de Lara, que instruye la investigación sobre la trama Pokémon de supuestas adjudicaciones irregulares.
Sin embargo, con independencia de lo que concluyan sus pesquisas, al contrato hay que reconocerle el paradójico mérito de transformar un sistema «recaudatorio» -las multas de aparcamiento- en una sangría económica para la Administración.
- Fórmulas polinómicas (las fórmulas "mágicas")
Los problemas del contrato de limpieza viaria de Cespa, firmado en el 2008 por 8,6 millones y con diez años de duración, son muy distintos a los de Doal. Los casi tres millones que el gobierno local ha aprobado pagar no se deben a un déficit del servicio. Son imputables por completo a la mala gestión del Ayuntamiento, que desde el 2008 no actualiza el precio del servicio. Ese trámite fue ignorado incluso por el gobierno local bipartito que firmó el contrato.
El desfase es cosa de la Administración local, pero el método de revisión del precio tiene miga. Se utiliza una fórmula polinómica que tiene en cuenta el coste del personal, el IPC y otros factores. El resultado es un porcentaje que se utiliza para actualizar coste inicial de 8,6 millones. El aumento máximo es del IPC más 1 %. Entre el 2009 y el 2011 siempre se alcanzó ese tope, con aumentos del 2,7 %, 2,8 % y 4 %. Los incrementos del año pasado y el actual fueron del 2,33 % y 2,2 %. A esas subidas hay que añadir la del IVA, que pasó del 7% al 10 %. Todos esos porcentajes se traducen en que el Ayuntamiento paga ahora 10,2 millones anuales, 1,6 más que hace cinco años, por el mismo servicio.
La grúa y la limpieza viaria han supuesto, por causas distintas, un gasto extra a las arcas locales de seis millones de euros en un único lustro.
Pero hay más contratos polémicos, desde el de Tranvías al de la planta de Nostián, a la que el bipartito reconoció un sobrecoste de 30 millones en los próximos diez años. Eso sí, el pagador siempre es el mismo en todos los casos: los coruñeses.
- El agujero del autobús...
Ese acuerdo, que pronto cumplirá 30 años, implica, entre otras cosas, que a mayor número de viajeros, más paga el Ayuntamiento a la empresa.
La fórmula polinómica con la que se calculan las subidas contempla que un 55 % del peso porcentual del incremento se vincule a los costes de mano de obra, otro 12 % al alza de los carburantes y un 10 % más a la amortización de vehículos. En función de esas variables aumenta la partida que ha de pagar el consistorio.
En los dos últimos ejercicios, la empresa renunció, sin tener por qué hacerlo, a incrementar el precio del billete según la fórmula pactada, reduciendo así voluntariamente sus beneficios tras alcanzar un acuerdo con el gobierno local.
Con todo, las arcas públicas aportarán 7,5 millones de euros en el 2014 a la firma, cantidad con la que subvencionan las tarifas reducidas, como el bonobús social.
El autobús ha subido prácticamente todos los años en al ciudad. En los cuatro años del bipartito, recuerdan desde el gobierno local, lo hizo en 19 céntimos. El cambio en María Pita no supuso una congelación. Siguió aumentando el coste, aunque algo menos. El caballo de batalla está en la famosa fórmula polinómica que se sigue aplicando casi tres décadas después de la firma del contrato.
Queda otra década más bajo la misma batuta.
Fuentes:
La Voz de Galicia _1_ y __2__
La opinión de A Coruña
Etiqueta operacion-pokemon en La Voz
Imágenes enlazadas:
revista-super.blogspot.com
desmotivaciones.es
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