Nos alegra comprobar que la web oficial de la Compañía de Tranvías va ampliando poco a poco contenidos de interés e imprescindibles en un sitio de sus características. Hemos visto durante estos días la ampliación de información referida a la flota de autobuses. Debido a que no teníamos acceso a esa información, no llegamos a incluirla con todo lujo de detalles en
busurbano.tk (modelos, mecánicas, detalles técnicos...), pero os remitimos desde estas líneas al punto de referencia de primera mano.

En referencia a la literatura añadida en la citada sección,
podemos leer que se llevan a cabo revisiones y mantenimientos varios a la totalidad de la flota. No lo dudamos en absoluto, pero
contrasta con un correo que nos envía María, con fecha de 5 de junio, en el que nos relata -como expectadora, no como afectada- su malestar con la situación que resumimos:
En la zona centro de la ciudad
una señora en silla de ruedas pretendía coger el bus urbano para desplazarse a la zona de Cuatro Caminos. Parece ser que pasaron
dos autobuses que no hicieron ni ademán de abrir la rampa. El siguiente sí paró (no diremos línea ni número); "
a muller preguntoulle ao condutor se podería axudala a subír e el respondeu que non, que se ela podía baixar o bordo da beirarrúa el só baixaría a rampla para que ela subise".
Se inicia la maniobra, continúa María, pero la rampa no funciona; malestar del conductor, que sube al bus a por una herramienta para tirar de ella, pero sin éxito. "
Volveu repetir a operación máis unha vez e finlamente (sen deixar de rosmar todo o tempo) pechou as portas e marchou deixando alí á muller".
Los hechos que nos relata María concluyen con una reflexión acerca de la calidad de los nuevos y supuestamente adaptados buses urbanos que resultan no funcionar cuando se necesitan; y con una solicitud de mejor, más amable y digno trato, ya que considera que "
no lugar daquela muller pode estar mañá calquera, e considero que os usuarios pagamos un prezo polo billete máis que suficiente".
Desde el blog busurbano y busurbano.tk queremos pensar que son situaciones aisladas, desafortunadas y que tienen solución. Y desde luego no ponemos en duda la capacidad profesional del personal de mantenimiento de la empresa. De tal modo que si la responsabilidad recae en los fabricantes de las rampas, la empresa exija a su vez responsabilidades para evitar casos como el acontecido esta y alguna otra vez más.
Las respuestas y soluciones irán dedicadas a María, a la mujer de la silla de ruedas y al resto de usuarios del bus urbano.