La Voz relata los primeros momentos de los conductores y usuarios del bus urbano, inmersos en un nuevo escenario en el entorno de Lonzas. Quizá sea la falta de información (aunque se ha anunciado a bombo y platillo) o los propios canales que la manejan (hombre, la prensa, la radio, el blog busurbano..., bastantes frentes han dado las facilidades para que nos enteremos; hasta la propia web de Tranvías!); quizá sea la nula preocupación de los usuarios (cosa que, tristemente, hemos ido constatando en bastantes casos concretos, amén de que es a ellos/nosotros a los que más incumbe)...
La Voz lo enfoca así:
Se temía por los más pesimistas un auténtico desastre circulatorio y, al final, el 092 minimizó en cierta manera lo que se imaginaba que iba a ser un cataclismo. El primer día del cambio del tráfico en la zona de Lonzas generado por las obras de la tercera ronda se pueda calificar como complicado en lo circulatorio y algo deficiente en la información.
La Concejalía de Tráfico y Seguridad Ciudadana estableció desde primera hora de la mañana un amplio dispositivo. Lo componían 16 policías y 3 mandos con una doble misión: por un lado regular el tráfico y, por otro, informar a los conductores desorientados. A primer hora de la mañana se formó algún atasco, especialmente en la salida hacia la Grela. Por contra, la vía en dirección a la avenida Alfonso Molina soportó un tráfico lento, pero sin retenciones.
Ya por la tarde, la estampa era similar. A las cinco el tráfico rodado no ofrecía grandes problemas, aunque algunos conductores se quejaban de la deficiente señalización, hecho que ha sido recogido por el concejal del área, Florencio Cardador. Este prometió subsanar las posibles deficiencias de los desvíos provisionales, así como señaló que el despliegue de agentes del 092 se mantendrá en la zona durante, al menos, los próximos 15 días.
Las quejas no solo llegaron por los conductores. También las hicieron los usuarios del bus urbano. Por estas obras las líneas número 5, 12 A, 21, 23 , 23 A y Búho, dejaron de circular a la salida del túnel por la avenida de Salgado Torres, desviándose por la avenida de Pablo Picasso. Eso generó un tráfico inédito en esa calle, habitualmente tranquila. Pero sobre todo provocó que más de un vecino vagase desorientado sin saber exactamente en qué parada tenía que coger el autobús.
«Yo ahora para ir a la parada tengo que andar unos 500 metros todos los días», lamentaba Luis Real. Espera que las obras se terminen lo antes posible para retornar a la normalidad. Tendrá que esperar nueve meses. Ese es el plazo que Yoya Neira, la concejala de Transportes, estima que los buses urbanos tendrán que circular por esa vía alternativa.
El cambio tiene su doble cara. Tan desconcertado como el que más Manuel Dopazo ha sido uno de los beneficiados con el desplazamiento de paradas: «Yo cojo a diario el bus 23 y ahora no pasa por el lugar por el que pasa siempre. Ahora lo cojo justo delante de mi casa».
Pese a todo, señala que el Ayuntamiento no informó de las variaciones del modo correcto: «Todo este cambio no se puede hacer de la noche a la mañana. No nos dijeron nada. Vinieron solo unos guardias por la mañana, lo cambiaron todo y ahora pasan un montón de buses por delante de mi casa».
En una de las paradas de la avenida Pablo Picasso, se forma una pequeño grupo de usuarios. «¿El 12 donde va?», pregunta Amelia Varela. Pese a vivir en el Agra del Orzán, acude a la piscina del Birloque. «Vengo de allí y estoy mirando cómo volver para casa». Tres vecinos del barrio la orientan. «Es que cambiaron varias líneas», le dicen. También le afecta a Aurora García: «Eu acabo de chegar e a verdade é que non sabía nada de todo isto».
Al final, entre preguntas y paneles todo se arregló. Amelia, Aurora, Manuel y Luis llegaron a su destino. También los conductores. Solo queda esperar que en los próximos días la ciudadanía se adapte a los cambios y la zona recupere la fluidez en la medida de lo posible.
Fuente e imágenes: La Voz de Galicia
Nota del blog busurbano:
Qué queréis que os digamos... Quizá es porque estamos metidos en el meollo, pero si es cierto que la mayor parte de conductores y usuarios del bus urbano no se han enterado de los cambios en la circulación y en las líneas y paradas, es que algo sigue fallando.
Probáblemente habrá que soltar por las calles al furgón del Circo Roma, megafonía a tope de volumen y cantar las nuevas que afecten a la comunidad. Entonces nos quejaremos de que hay demasiado ruido y que no nos dejan oir las noticias del informativo local o el telexornal en la tele, "que no sei qui din de cortar carriles no túnel do Corte Injlés"...
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