El Gobierno gallego plantea dos alternativas de trazado para el futuro metro ligero con tres líneas, dos de ellas con punto de partida en el barrio de Os Rosales. La elección de la mejor propuesta se deja para un futuro "anteproyecto". La Consellería de Medio Ambiente resolvió que no es necesaria la evaluación de impacto ambiental de esta obra, aunque reconoce sus efectos sobre el tráfico y el paisaje, sobre todo en la zona de la Torre. El Concello solicitó a la Xunta medidas para reducir el "impacto visual" del tranvía
El metro ligero pasará por Os Rosales. Ésta es la principal característica del proyecto que ha redactado la Dirección Xeral de Obras Públicas de la Xunta con el fin de estudiar la viabilidad de la implantación de este sistema de transporte.
La Consellería de Medio Ambiente resolvió la pasada semana que este estudio no requiere una evaluación de impacto ambiental.
La propuesta del Gobierno gallego incluye dos alternativas similares a las que plantea el urbanista responsable de la revisión del plan general urbano, Joan Busquets.
Este arquitecto defiende la puesta en marcha de una línea circular que aprovecharía el trazado del tranvía turístico y comunicaría la estación de San Cristóbal con la Torre por los muelles, por un lado; y con el paseo y la ronda de Outeiro, por otro. Las alternativas de Joan Busquets para cerrar el recorrido del tranvía son ir por Os Castros o por Elviña.
Las dos alternativas que plantea también la Dirección Xeral de Obras Públicas incluyen tres líneas de metro: una enlazaría Monte Alto con la Universidad; la segunda conectaría Os Rosales con la estación de autobuses; y la tercera partiría también de Os Rosales hasta llegar a la plaza de Pontevedra.
Las dos alternativas comparten parte del trazado y los principios de las líneas, y las únicas variaciones se producen en su trayecto a través de algunas calles y avenidas.
El segundo trazado propuesto es el más costoso: requeriría ocupar más suelo -98.000 metros cuadrados en total- y levantar más superficie, además de requerir más movimiento de tierras y una excavación a mayor profundidad.
El Ayuntamiento de A Coruña presentó una serie de demandas en el período de consultas abierto por la Xunta el mes pasado: solicitó a Obras Públicas que tenga en cuenta para este proyecto el nuevo plan general urbano que actualmente está en fase de tramitación y aprobación; y también reclamó que se adopten medidas para reducir el impacto visual de las infraestructuras del metro ligero.
La Xunta consultó a once entidades y organismos respecto a este estudio -entre ellos la Diputación, Patrimonio, Sanidad, Carreteras, Augas de Galicia y cuatro asociaciones ecologistas-, aunque sólo el Concello coruñés envió sugerencias.
El Gobierno municipal explicó en el escrito enviado a Medio Ambiente que las infraestructuras propias del metro ligero, como las subestaciones, la catenaria, la señalización, las marquesinas o las plataformas de las paradas, supondrán un importante impacto visual, por lo que reclamó que se realicen de tal forma que "produzcan el menor impacto visual y la mayor integración en el ámbito específico de cada calle o zona".
El mayor impacto de las obras, sin embargo, lo recibirá el tráfico de la ciudad. El informe de la Xunta sobre el plan de Obras Públicas reconoce que en ciertos periodos de la fase de obras se producirán "cortes en la red viaria" por lo que será necesario realizar desvíos de tráfico, así como diseñar "caminos alternativos" si es necesario.
La consellería, no obstante, recuerda los beneficios de esta infraestructura una vez que entre en funcionamiento: mejorará la situación del tráfico urbano, descongestionará la circulación y dará nuevos usos a algunas zonas, además de "disminuir el riesgo de accidentes".
Medio Ambiente, tras analizar el estudio de Obras Públicas, concluye que la afección a la fauna y la vegetación de esta obra "es mínima" porque la totalidad de la actuación del metro ligero discurre por el caso urbano de la ciudad de A Coruña, concretamente por el trazado de la red viaria actual. Esta consellería sin embargo sí alerta sobre el posible impacto de esta infraestructura ferroviaria sobre el entorno natural de la Torre de Hércules.
Este departamento de la Xunta precisa que "se deberá poner especial atención" a la integración de los elementos del metro ligero, sobre todo de la catenaria, con el parque de la Torre. La catenaria es el equipamiento aéreo de captación de energía eléctrica para el metro. Los cables pueden ir sustentados en postes o en las fachadas de los edificios, en cuyo caso se produciría un mayor impacto.
Medio Ambiente resalta que dicho impacto será mayor según el tipo de catenaria que se diseñe, porque en algunos tramos podría utilizarse un sistema de cableado afirmado en las fachadas de los edificios en lugar de postes. En este caso habría que seleccionar en qué edificios se colgarían los cables.
La consellería afirma también en su informe sobre el proyecto de Obras Públicas que ninguna de las dos alternativas afectaría a yacimientos arqueológicos y además el impacto sobre el patrimonio histórico "sería nulo", siempre y cuando se utilicen las medidas protectoras adecuadas.
También considera que resultaría "nulo" el impacto sobre los ríos subterráneos, excepto en el caso de la segunda alternativa porque requiere una excavación más profunda.
El objetivo del estudio de viabilidad redactado por la Dirección Xeral de Obras Públicas tiene como objetivo analizar las dos alternativas para determinar cuál es la "óptima", por lo que aplaza a "fases posteriores", es decir, mediante la elaboración de un anteproyecto, la definición técnica de cada trazado.
El documento de evaluación de impacto ambiental de este proyecto de implantación del metro ligero en la ciudad admite que durante la fase de obras se producirán vibraciones debido a las excavaciones; así como "un aumento de los niveles sonoros en el entorno", que afectará a viviendas, centros educativos y de salud.
Una vez concluidos los trabajos y con el metro ligero en funcionamiento, podría "incrementarse el nivel sonoro en zonas puntuales" como las estaciones y las marquesinas, porque no se construirán tramos subterráneos ni túneles, siempre discurrirá en superficie por la ciudad.
Medio Ambiente advierte de que las instalaciones auxiliares deberán contar con un sistema de puntos limpios para almacenar los materiales generados.
La implantación del metro ligero en la ciudad supondrá la instalación de numeroso equipamiento así como nuevo mobiliario y obras: la catenaria, las subestaciones eléctricas, iluminación, sistemas de drenaje, aumento de las aceras, canalizaciones, así como la instalación de un sistema de telecomunicaciones -videovigilancia, megafonía, señalización ferroviaria y viaria y sistema de tarificación, entre otros-. Esta nueva infraestructura también requerirá la adecuación de los talleres del tranvía turístico y la construcción de nuevas cocheras y oficinas en Monte Alto.
Busquet aseguró hace unos meses que la puesta en marcha de un tranvía o metro ligero es "prioritario" en la ciudad.
Fuente: La opinión de A Coruña
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