Tras los 15 días de plazo que solicitó la Concejalía de Transportes a los afectados por los cambios en las líneas del bus urbano, los residentes de los barrios de Mesoiro Viejo y Feáns siguen mostrándose contrarios a las variaciones del bus 23.
Así lo señalaban ayer en el propio bus varios de los vecinos de ambos enclaves, descontentos con la mutación. El hecho de que el paso por Novo Mesoiro aumente la duración del recorrido es la clave: «Antes, para ir al trabajo iba en el bus de las 8.30. Ahora tengo que cogerlo a las 8.05 por la vuelta que da. Esto ya me esta afectando incluso a la salud», dice María Ofelia Vázquez, de Feáns.
«Queremos que o bus vaia a María Pita como antes», desea Pilar Vázquez, de Mesoiro Viejo. Lamenta el hecho de que el recorrido del 23 acabe en la plaza de Pontevedra. «Se quero ir ao Abente Lago ou ao Concello -explica- teño que facer outro transbordo e botar toda a mañá». «Queremos los autobuses como estaban antes, cada media hora, porque ahora no sabemos nada», solicita Zaira, también de Mesoiro Viejo, que dice «que en las horas puntas se siguen sin cumplir los horarios».
Donde semejan aceptar de buen grado los cambios es en Novo Mesoiro. Los usuarios, que el primer día mostraron su contrariedad, coinciden en que el hecho de que los guardias regulen la rotonda ha ayudado al cumplimento de las frecuencias. «A ver si luego, cuando los quiten, sigue todo igual», dice Yolanda F. Por su parte, Blanca Pena sostiene que el cambio ha sido para bien: «Estamos encantados. Mejoramos un montón, se tarda menos tiempo, tanto para ir como para venir del trabajo».
Fuente: La Voz de Galicia
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