Las empresas de reparto protestan por el carril bus.

Los conductores de transporte urgente se han sumado a la lista de opositores al carril bus o, al menos, a la forma que se ha elegido para su implantación. Los transportistas se quejan de que hay pocas plazas de carga y descarga y reclaman al Concello que vigile estas zonas para evitar que vehículos particulares estacionen en las mismas e impidan a este colectivo trabajar con normalidad.

Víctor Castro, portavoz de UPS, explica que son muchos los turismos y furgonetas de empresas de reparaciones o construcción que se instalan en las "escasas" zonas de carga y descarga. El jueves, dos vehículos colapsaron el tráfico en Federico Tapia. Una furgoneta aparcada sobre la acera bloqueó el paso por el carril bus al mismo tiempo que un camión permaneció detenido durante cerca de diez minutos en el único vial que quedaba libre para la circulación tocando el claxon para forzar que los infractores que ocupaban la zona de carga y descarga retirasen sus vehículos.

Para Castro, este tipo de situaciones se van a seguir repitiendo: "Nosotros tenemos que dejar la mercancía y siempre vamos con el tiempo muy justo, así que no nos podemos permitir dar vueltas y vueltas para encontrar un hueco". Indica que no están en contra del carril bus, pero reclaman que se habiliten más zonas de carga y descarga y que el Ayuntamiento garantice que son utilizadas por quienes tienen el carné de transportista y no por cualquier vehículo sin autorización. Antes de la colocación de los separadores de carriles, los repartidores estacionaban en doble fila para descargar, pero esta posibilidad se ha esfumado con el carril único para transporte público.

Representantes de una decena de empresas de mensajería urgente que trabajan en la ciudad se reunirán mañana con ediles del Partido Popular para exponerles su situación. El sector del transporte se suma así a las quejas de comerciantes y vecinos de las zonas afectadas por el proyecto, que reclaman más plazas de aparcamiento y lugares de descarga próximos a los comercios.

Fuente: La Opinión de A Coruña