Concello y comerciantes, opiniones discordantes.

Ayuntamiento y comerciantes realizan un balance bien distinto de la primera semana de carril bus.

>En el Palacio de María Pita miran a través de un cristal triunfalista: las frecuencias del bus han bajado diez minutos, los clientes de los taxis pagan menos y los particulares se evitan las estrecheces de la doble fila.

>El cristal de los comerciantes coruñeses está más embarrado y no lo ven tan claro: se lamentan de ser los grandes perjudicados y critican al Concello por haber puesto una banderilla más a su ya delicada situación.

El concejal de Transportes, José Nogueira, se reunió ayer en la sede municipal con los sectores de los que más loas obtiene por su reorganización del tráfico, taxistas y Compañía de Tranvías.

Los primeros señalan que los usuarios ahorran hasta un euro en los recorridos; los segundos, indican que un viajero puede economizar diez minutos en un recorrido completo. "Todo ello redunda en beneficio de los usuarios", explica el Concello en una nota.

Nogueira entiende además que la nueva vía no sólo es provechosa "en dinero y tiempo" para los ciudadanos que utilizan el transporte público, sino para los que eligen sus vehículos particulares para desplazarse por la ciudad.

"La circulación a lo largo del recorrido del carril bus ha mejorado en agilidad y fluidez", asevera la nota, "toda vez que se ha eliminado la doble fila y el transporte privado y el transporte público no se mezcla, evitando posibles molestias por las paradas". El Concello se defiende de las críticas vertidas en los últimos días por diferentes sectores, como los vecinos y los propietarios de comercios y negocios hosteleros en la calle Federico Tapia.

La puesta en marcha del carril bus "no ha supuesto la eliminación de plaza alguna de zona de residentes ni de minusválidos", algo que sí denunciaron los implicados en una reunión celebrada el pasado viernes en el local social de la iglesia de los Capuchinos. "Tampoco se han eliminado plazas de carga y descarga, es más, se han incrementado en 18 en distintos puntos del recorrido, desplazándose las ya existentes para no dificultar el tráfico rodado", continúa el Ayuntamiento.

Anuncia asimismo la instalación de una barandilla en la calle de San Juan, a la altura del colegio, para evitar problemas a la salida de los escolares.

La autosatisfacción municipal contrasta con las reiteradas muestras de protesta de los comerciantes coruñeses. La Federación provincial de Entidades Empresariales del Comercio cree que los beneficios del carril bus son "muy pocos" y que afecta a comerciantes y a coches de reparto. Entiende que es una medida innecesaria: "por ahora el tráfico de la ciudad es bastante fluido, incluso con respecto a ciudades más pequeñas como Santiago".

"¿Cuánto tiempo tardamos en atravesar el núcleo urbano en hora punta? ¿30 minutos?", argumentan, "y qué es eso comparado con Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia, Sevilla Gijón...". El colectivo empresarial opina que no se puede "copiar" de otras ciudades con distintas infraestructuras viales".
No ven solución en el aumento de las zonas de carga si la mercancía es voluminosa - "por un lado los bolardos por otro el carril bus con setos"- y se preguntan quién les va a compensar.

Dentro de las razones que se esgrimen en contra del Carril Bus por parte de los que se consideran afectados (la colocación de las aletas que separan el propio carril bus del destinado al tráfico privado, que según indican, además de dificultar las maniobras de los autobuses urbanos, también complican la carga y descarga en los negocios de la zona), hubo incluso algún residente en la calle de Federico Tapia que señaló la imposibilidad de salir de su garaje, debido al escaso espacio para girar entre la entrada y los separadores instalados por el Ayuntamiento. En este sentido, apuntaron a la posibilidad de que la Concejalía de Transporte retire los mencionados pivotes y que el vial sólo esté delimitado “por la pintura de la calzada, como ocurre en otras ciudades como Madrid”. Sin embargo, la solución no convenció a la totalidad de los reunidos que, de nuevo, insistieron en su supresión definitiva.

Asimismo, los presentes en el encuentro manifestaron las dificultades en las que se encuentran las personas con movilidad reducida para acceder a las viviendas ubicadas en el margen destinado al paso del transporte urbano.

De igual forma, creen que la frecuencia de las líneas que atraviesan la vía “no justifican su implantación”, ya que según indican, “apenas circula un bus cada veinte minutos”.

Por otra parte, consideran que los problemas de tráfico que, prevén, generará el nuevo trazado llevará a los conductores a elegir otras vías y, en consecuencia, hará disminuir la afluencia de clientes a sus comercios. “Pasará como en San Andrés, que ya está muerto por completo”, expresó uno de los comerciantes.

Por todo ello, Crespo trasladará al edil de Transporte, José Nogueira, el malestar de los vecinos en un encuentro que ambos mantendrán mañana. “Le sugeriremos que reconsidere la idea, que la suavice primero o, si es necesario, acabe eliminando el carril bus”, señaló el portavoz. Y es que si la negociación no da los frutos esperados, los vecinos estudiarán emprender movilizaciones.

Fuente: La Opinión de A Coruña y El Ideal Gallego