El conductor de un autobús y un pasajero se pegan por el cambio.

Una discusión por el cambio motivó ayer una pelea entre el conductor de un autobús de la línea 2 y un pasajero. La agresión ocurrió en la parada situada frente a la iglesia del Carmen, en el barrio de Os Castros, en la segunda escala del trayecto en dirección al centro de la ciudad.

Eran entre las ocho y media y las nueve de la mañana cuando el viajero se subió al vehículo sin cambio. Los conductores aceptan como máximo cinco euros y el pasajero sólo llevaba encima billetes de mayor cantidad, por lo que el empleado de la empresa de tranvías se negó a aceptar esa forma de pago. Al no poder abonar y por lo tanto hacer uso del transporte público, el usuario se enfadó y comenzó a discutir con el conductor.

La pelea acabó en golpes por parte de los dos, aunque ninguno reconoció ser el primero en levantar la mano. Ambos insistieron ante los agentes de la Policía Nacional que se personaron en el lugar de los hechos en que había sido el otro quien había comenzado la reyerta. El conductor se puso en contacto con sus superiores para pedirles que enviasen a una persona que lo relevase, pues quería presentar la correspondiente denuncia en comisaría y comprobar si necesitaba ser atendido en algún centro de salud para obtener un parte de las lesiones sufridas.

Al lugar acudió una patrulla del 091, aunque los implicados en la pelea tuvieron que presentar la denuncia en comisaría. Molesto con lo sucedido, el viajero se puso en contacto con la Compañía de Tranvías para quejarse de la actitud del conductor. Según manifestó, tiene cuatro testigos que están dispuestos a declarar en el juicio y que pueden acreditar que fue el chófer quien comenzó la agresión. El gerente de la compañía, José Prada, explicó que "por el momento no está claro lo que ha sucedido". En todo caso apuntó que, si la Justicia determina que el conductor es culpable de un delito de lesiones, le será aplicada la medida disciplinaria que corresponda, aunque recordó que nadie resultó herido de gravedad.

El blog busurbano opina:

Intentando ser objetivos y desconociendio por el momento los detalles, lo que ha pasado ya lo hemos leído todos.

Lo que tendría que haber ocurrido es lo siguiente:

-Un viajero sube al bus, queriendo pagar con billete grande.
-El conductor, cuya obligación es cumplir sus normas, no puede responder al pago si se trata de billetes de más de 5 euros.
-Hasta ahí, no hay más que hablar; si el viajero quiere ir en ese bus, ha de bajarse y conseguir cambio. Si lo pierde, no pasa nada, porque desde la parada en la que estaban, y a donde iba la línea 2, bien podía llevarle la línea 1, por ejemplo.
-Interpretamos que el viajero, molesto, expresó ese malestar al conductor, y así se originó todo.
-Podría haber sucedido que, por su cuenta y riesgo, el conductor facilitase el cambio de su propio bolsillo. Pero no está obligado. Se ve que esto no tuvo ni tiempo a pasar.
-Lo de que "el cliente siempre tiene la razón" es una máxima que -en algunos casos en los que el empleado es "la víctima"-, las empresas lo utilizan para desacreditar descaradamente al empleado para evitar así "males mayores", tapando el suceso e incluso castigando al propio trabajador. En otras empresas seguramente ocurrirá que, en el supuesto de que los hechos den la razón al empleado, lo defenderá con uñas y dientes por su propio interés e imagen.
-Como el blog busurbano desconoce por el momento de parte de quien está la presunción de culpabilidad e inocencia, no nos pronunciamos abiertamente.
-Sí creemos que, como comentamos más arriba, ante cualquier condición que un conductor de un autobús deba hacer cumplir -dentro de sus manifiestas obligaciones-, el hecho de que un viajero/cliente no quiera acatarlas, esto suele ser fuente de conflicto. (Ejemplo: una persona quiere subir al autobús fumando, el conductor le advierte que no está permitido, esa persona discute el aviso, el conductor insiste, ambos se enfrentan, y ya está armada...).
Cuando las reglas están claras, no hay mucha vuelta de hoja. Desearíamos conocer vuestro parecer al respecto, repetimos, aun sin saber todos los detalles de este caso en concreto.

Fuente: La Opinión de A Coruña