Los que hemos podido ver un vídeo que circula por X / Twitter nos hemos sorprendido bastante.
Se trata del desenlace de una circunstancia previa que desconocemos, pero que para el caso seguro que no era "tan importante y fatal" como para ponerse como un energúmeno.
Este es un fotograma extraído del vídeo que vemos en la cuenta de @EloyTP, con el hastag #VídeoDenuncia:
Ese desenlace que se ve en el vídeo se resume en unos golpes que una persona realiza con una muleta a un bus urbano, desde el puesto de copiloto de otro vehículo.
Eso que hemos señalado en la imagen es... (?) |
- ¡Pon la mano! ¡Pon la mano, maricón! (...)
La intención -de no mediar distancia que mediaba-, se presupone que era atizar al conductor del bus, es decir, agredirle físicamente.
Que estas actitudes no conducen a nada, todos lo sabemos, cuando nos pilla en un estado consciente y racional.
(*) De hecho, no estamos seguros si la persona que conduce está "intentando reconducir" la situación...; eso nos gustaría pensar.
Pero cuando se el colectivo de taxistas o conductores de bus urbano se ve en el ojo del huracán, las reacciones son diversas, variadas; y habría que sacar más conclusiones de las que saca, por ejemplo, la cúpula de Tranvías o el propio "Concello da Curuña".
#VídeoDenuncia 📹▶️
— Eloy TP (@EloyTP) June 6, 2024
Momento de la agresión 🩼 a un conductor de @TranviasCoruna 🚌 pic.twitter.com/yLhKHpZO6s
El detalle de la muleta nos retrotrae inevitablemente a otra agresión -esta sí grave- que sufrió en el año 2014 José María, uno de los conductores de Tranvias, perdió parte de la visión a causa de que un energúmeno con antecedentes le agrediese con un bastón a traición en el interior del bus, causándole finalmente una ceguera parcial. Casi se queda ciego de un ojo. En aquella ocasión en grito de guerra fue "Hijo de puta, hijo de puta, te voy a matar".
Y hay otros muchos incidentes que no se cuentan o no trascienden. Daos cuenta que son muchas horas de ruta, mucha gente, mucho trasiego en el tráfico...
Dejemos constancia de esto, para aprender (no de este caballero ni del otro, claro...). (...) Aunque, ¿sabéis...?, lo paradójico hubiese sido que el de la muleta, ciudadano ejemplar, al final sea amigo, conocido o familiar de alguno de los que criticamos esta escena.
Bonita conversación podría surgir de ahí...
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