En relación con las noticias surgidas estos días, en las que se comentan los fallos que se están produciendo en el funcionamiento de las Tarjetas Millenium, tenemos que comentar que la concejalía de transportes mantuvo el jueves pasado una reunión con representantes sindicales de los conductores que le trasladaron, entre otras sugerencias de mejora del servicio, la detección de fallos técnicos en el funcionamiento de la Tarjeta Millennium.
Tras solicitar los informes correspondientes, el Ayuntamiento ha constatado que el número de tarjetas que han presentado problemas es de alrededor del 1,5% del total de tarjetas en funcionamiento. Problemas identificados y "denunciados" como tales, entendemos.
Efectivamente, ese porcentaje sin duda es correcto, mas no engloba los pequeños "ajustes artesanales" que los conductores realizan en el acto al momento de pasar la Tarjeta por el lector/cobrador.
Un trabajador de Tranvías comentó “se estropean mucho, mucho, mucho. Todo tiene un límite de vida útil, pero esto es demasiado”. Naturalmente, son los mismos chóferes los que reciben el grueso de las quejas de los viajeros, normalmente mientras intentan conseguir como pueden que las Millennium funcionen.
En septiembre el blog Troleros&Buseros sometía a un severo examen a la Tarjeta Millenium, explicando también su funcionamiento. En aquel momento, también el blog busurbano se hizo eco del artículo en cuestión.
Se baraja que el material del documento es cuestión es frágil y se rompe con facilidad, siendo al lector que llevan los buses urbanos difícil o imposible identificarlo.
La clave pare que podría estar "en un hilo que recorre el borde de la tarjeta y cuando se rompe, queda inservible”, según el presidente del comité de empresa de la Compañía de Tranvías, José Manuel Fuentes, quien trasladó la solicitud de un cambio a otro diseño más robusto y duradero.
Lo más curioso es que el fallo es más patente para los usuarios que las usarias, tal y como explicó gráficamente el líder sindical: “Una señora te puede poner encima un bolso de 200 kilos y sacar la tarjeta y no pasa nada, pero la mayoría de la gente lleva la tarjeta en la cartera”. Así es más fácil que se deforme y pierda su utilidad y es también entonces cuando los conductores tienen que usar la maña para salir del paso.
¿Podría ser la causa (de algunos) de los fallos de funcionamiento el escaso cuidado que le procuramos a nuestra Tarjeta Millenium?
“¿Qué es lo que hacemos los conductores para que funcione? Doblar la tarjeta una y otra vez”, añade Fuentes. De esta manera, consiguen que el cable interno haga de nuevo contacto con el chip y que el lector acepte la identificación pero, mientras tanto, el resto de los viajeros está esperando para subir al autobús y se pierde demasiado tiempo.
“Hay mucha gente que usa la tarjeta, y a lo mejor hay que doblarla varias veces en una sola parada y eso, claro, nos ralentiza”, continúa Fuentes, para el que la solución es tan sencilla como ir sustituyendo las fichas de plástico por un nuevo diseño, en el que la “soldadura” no sea tan frágil.
“A nosotros la empresa y los usuarios nos exigen que cumplamos con un horario, y esto no lo hace más fácil.
El Ayuntamiento está al corriente de este problema, que es grave si se tiene en cuenta que la vida útil de estas identificaciones debería ser de cinco años y que comenzaron a distribuirse el año pasado.
Por ello, os recomendamos que si vuestra tarjeta Millenium os falle de manera habitual, que procedáis a solicitar su sustitución, pues el día menos pensado os deja "indefensos" y sin poder pagar en el bus, o sacar el ticket de la hora... Y todos sabemos que, por alguna ley no escrita de la familia de las de Murphy, ese día no tendréis suelto...
Recordad que no os va a costar nada la sustitución (podéis hacerlo tanto en la Estación de Autobuses como en las oficinas del Registro Municipal del Fórum Metropolitano y la Plaza de María Pita), y ello va a redundar en beneficio para vosotros y también para los demás, al no formarse colas que no sean las propias para pasar la tarjeta en tres segundos y acceder agilmente al bus. Claro, el poseerla implica también el abonar 38 céntimos menos, como mínimo... Y con lo que está cayendo, cualquier ayudita se vuelve más que interesante.
Además de todas las soluciones posibles, os animamos a que hagáis un ejercicio de prevención y ciudado de vuestra Tarjeta Millenium:
El hecho de guardarla convenientemente en una fundita, o en la cartera o bolso, va a ser sin duda más beneficioso y menos letal que llevarla en el bolsillo de atrás del vaquero. Vamos, protegerla para que no se raye o doble; lo que haríamos con la tarjeta de crédito, por ejemplo, que es de la que podemos sacar más beneficio, y a la vez vernos más perjudicados si se nos estropea o deteriora...
Nos consta que la Concejalía de Transportes se ha puesto manos a la obra, y que la próxima semana se reunirá con las partes implicadas en el desarrollo y buen funcionamiento de la Tarjeta Millenium, o sea, fabricantes de la tarjeta, responsables del software de la Compañía de Tranvías y técnicos municipales.
¿Alguien echa de menos su antigua Tarjeta Chip?
Fuente: Ayuntamiento de Coruña y El Ideal Gallego
Imágenes y montajes: blog busurbano, troleros&buseros blog
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