El día de hoy podría poner punto final a la crisis que ha vivido estas últimas semanas la Compañía de Tranvías por la falta de acuerdo entre la dirección y comité de empresa, porque será cuando se someta a la aprobación de la asamblea de trabajadores el nuevo preacuerdo que han suscrito CCOO y UGT, el sindicato mayoritario. La CIG no lo ha hecho, pero su representante, el secretario de la Federación de Transportes, Ernesto López Rei, declaró ayer que se abstendrán en la votación. “Nós dixemos desde o principio que era un acordo bastante bo, pero entendemos que existe división dentro do comité de empresa e, dado que somos unha minoría, non sería responsable continuar”, declaró López Rei.
En la votación del miércoles pasado la CIG sí había decidido oponerse frontalmente al acuerdo alcanzado dos días antes, e incluso repartió panfletos entre los trabajadores antes del comicio con una información que desde otros sindicatos, como el mayoritario UGT, consideraban capciosa.
La presión de la CIG consiguió que se desestimara la oferta de la empresa por 75 votos en contra frente a cinco a favor, y hasta llegó a hacer que CCOO cambiara de opinión y rechazara el documento que llevaba la firma de sus representantes.
Fue necesaria la intervención del Ayuntamiento, en la persona de la teniente de alcalde de Transportes, Nieves Vázquez, para conseguir que los sindicatos firmaron el viernes un acuerdo que retrasara la huelga y que permitiera más negociaciones el lunes pasado. Éstas culminaron con más concesiones por parte de la empresa. A pesar de ello, la CIG se negó a firmar el nuevo documento, aunque su postura dejaba al sindicato aislado.
Es ese aislamiento el que ha convencido a López Rei de inhibirse en la votación de hoy y descartar la posibilidad de conseguir un mejor acuerdo a través de la protesta y la paralización del servicio de transporte público. “A asamblea será a que o decida, pero, tal e como están as cousas, non sería xusto comezar unha folga agora, porque hai moita xente que non a quere”, dijo Rei.
Entre los que no la quieren se encuentra Demetrio Choren, la contrapartida de López Rei en UGT, que comentó que “paréceme unha postura responsable por parte da CIG pero non pola influencia que teña no que se vaia a votar”. Choren recordó que “é un bo preacordo hoxe e era un bo preacordo onte”. Sobre el resultado del comicio, el delegado de UGT no quiso hacer cábalas: “Son optimista, pero tamén era optimista a semana pasada e levei unha sorpresa”.
Si en esta ocasión no hay sorpresas y el sí es el resultado de la votación, la huelga que amenazaba a los 68.000 viajeros diarios que emplea el bus urbano para sus desplazamientos se desconvocará.
En cuanto a las reivindicaciones que no se han alcanzado en esta ocasión, tendrían que esperar hasta dentro de tres años, cuando expiraría el convenio laboral. “Agardaremos ata entón”, aseguró López Rei.
Fuente: El Ideal Gallego
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