Nunca llueve a gusto de todos. La misma mañana en que se hicieron efectivos los cambios para lo que se presumía como una mejora de la calidad del servicio en las líneas de transporte urbano, la confusión fue la protagonista en marquesinas e interior de los autobuses, donde las discusiones sobre la conveniencia de los recorridos presentaban contradicciones entre los vecinos de diferentes barrios.
Tras un intento informativo hace varias semanas en el que se llevaba a cabo el reparto de folletos con las rutas definidas, disponer ayer de un díptico era una misión imposible. Los conductores no los facilitaban dentro de los autocares y muchas pantallas que informaban de las paradas se encontraban fuera de servicio.
La paciencia era un requisito indispensable para todo aquel que se subiera a un autocar rojo desconociendo los nuevos recorridos. Así, algunas paradas nunca llegaban a establecerse y otras llegaban por sorpresa. «Voy a perder toda la mañana en este autobús», aseguraba una mujer que no era consciente de la entrada en vigor de los cambios y a la que desde el interior del autobús no se le ofrecía información. «Justo hoy no dispongo de folletos», repetía el conductor.
En los barrios periféricos la situación se agravaba y volvían a escucharse las demandas que las asociaciones de vecinos presentaron a la Concejalía de Transportes desde que se comenzó a barajar la posibilidad de modificar los recorridos de las líneas 1, 12 A, 23, 23-A y 21. «Nuestra impresión es que hay menos autobuses y tardan más. Se trata de una medida que no ha escuchado la opinión de los que realmente salimos perjudicados», señalaban los usuarios.
En el Castrillón la demanda principal era la mejora de la conexión tanto con el centro sanitario de especialidades del Ventorrillo como la que acerca a los vecinos al Hospital A Coruña. «Desde algunas zonas de este barrio es necesario hacer transbordo para ir al médico, y las personas mayores en estas condiciones no pueden moverse», se quejaban.
Desde María Pita se afirma que el funcionamiento en las líneas de transporte modificadas se presenta «satisfactorio», y que la puesta en marcha de esta reforma transcurre «sin incidencias destacables», a excepción de las molestias ocasionadas por el pintado de la parada de bus de Juana de Vega, que se retrasó debido a las continuas lluvias registradas.
Asimismo, destacaron la efectividad de las rutas 21, 23 y 23A, «que tratan de beneficiar a los vecinos de Feáns, que al ser uno de los barrios más alejados del centro necesitaba un mejor servicio, que se ha conseguido con esta mejora», afirmaban desde el Ayuntamiento.
Algunos vecinos, más optimistas y cercanos al centro de la ciudad, donde la polémica apenas llegó a irrumpir, manifestaban que las quejas de algunas zonas de la urbe eran «exageradas», y que toda medida exige compresión y un período de adaptación «que no llega el primer día de cambio», alegaban.
Fuente: La Voz de Galicia
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