El anuncio en cuestión, contratado por la revista cultural y de humor Retranca, decía: «Probablemente os deuses non existan, pero a cultura galega sí. ¿Por que non falamos das cousas que existen?». Su intención era alentar a debatir sobre asuntos terrenales en lugar de divagar sobre cuestiones divinas. De hecho, el eslogan hablaba de dioses, y no de Dios, para evitar polémicas.
Sin embargo, no entendió lo mismo la empresa Vitrasa, que ha justificado la retirada de la publicidad por su deseo de no entrar en polémicas de tipo religioso como las que se han generado en ciudades como Barcelona. Entiende que al tratrarse de un servicio público conviene mantenerse al margen y no herir susceptibilidades. Si el autobús llegó a salir a la calle fue porque al ser el anunciante una revista cultural, Vitrasa no pensó que la publicidad hablaría de dioses y, por tanto, que generaría una posible polémica. Desde el mismo momento que salieron a la luz anuncios en los autobuses urbanos a favor y en contra de la existencia de Dios, la compañía ya decidió no insertarlos en sus vehículos.
Por su parte, el director de la revista Retranca, Kiko da Silva, lamenta que no se haya sabido interpretar el mensaje, que era justo el contrario a lo que se ha entendido. Su intención era promover el debate sobre la cultura gallega, de la que apenas se habla, e intentar que la gente de todas las edades conociera la publicación, de ahí que pensara en el transporte público para anunciarse.
Según Kiko da Silva, da la impresión de que en este país no se puede hacer humor. Recuerda que en el año de vida que tiene la revista nunca tuvo problemas de ningún tipo y menos aún de censura, que es lo que, a su juicio, está haciendo la empresa viguesa. De momento, no le ha comunicado los motivos de la cancelación de la publicidad.
Retranca, que consigue vivir al margen de las subvenciones, es un proyecto privado que nació con el objetivo de ser una plataforma de la cultura y la sociedad gallega desde el punto de vista humorístico y crítico, manteniendo al mismo tiempo la libertad de expresión de los colaboradores.
Fuente: La Voz de Galicia
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