El pleno extraordinario celebrado ayer a petición del Partido Popular sobre esta cuestión sirvió para que la oposición recriminase al Gobierno local su gestión sobre el transporte urbano, que calificó de "chapuza".
En su réplica, Nogueira explicó que la modificación de siete líneas aplicada por el que fue su departamento es "provisional" y que está supeditada a la comprobación de su funcionamiento, pese a lo que aseguró que los cambios realizados han sido decisivos para el aumento en 500.000 viajeros alcanzado el pasado año.
El ya ex concejal de Transportes anunció la apertura de negociaciones con todas las asociaciones de vecinos de la ciudad para examinar el resultado de las variaciones en el transporte y destacó que antes de llevarlas a cabo mantuvo 40 reuniones con estos colectivos a lo largo de todo un año. Frente a quienes reclaman una vuelta a la situación anterior, Nogueira avanzó que tan sólo se realizarán "pequeñas modificaciones", aunque será Yoya Neira quien determinará los posibles cambios que se acometerán.
El concejal del PP Julio Flores desplegó un amplio arsenal verbal para desmerecer la reforma del transporte realizada por Nogueira, a quien acusó de "dejar como un solar" el departamento que ahora pasa a manos de Neira, a quien sugirió que escuche a los vecinos.
Flores negó que se haya producido un incremento de usuarios de los autobuses y explicó que la necesidad que tienen muchos viajeros de realizar transbordos hace que se haya multiplicado el número de desplazamientos, que son contabilizados por la Compañía de Tranvías como viajes diferentes aplicando lo que definió como "conocimientos de Barrio Sésamo".
También criticó el concejal popular la inexistencia de una campaña informativa sobre los cambios por parte de la empresa concesionaria y afirmó que ha habido protestas por los cambios de líneas en diferentes barrios. Flores exigió al Gobierno local que pregunte a los ciudadanos su opinión sobre el funcionamiento de los autobuses, ya que se trata de "clientes y no rehenes, ya que pagan por un servicio de calidad".
El caso del autobús que une Novo Mesoiro con el resto de la ciudad fue destacado por Flores, quien aseguró que cuando sufre retraso obliga a los viajeros que se dirigen a Feáns a bajar a la entrada del barrio para que sean recogidos por el siguiente vehículo, por lo que lo definió como "el bus escoba", al tiempo que bautizaba al 14 como "el transiberiano" por el tiempo que emplea en desplazarse desde la plaza de Pablo Iglesias a la rotonda del Pavo Real.
El portavoz del BNG, Henrique Tello, defendió la labor realizada por sus socios de gobierno en materia de transporte, en la que destacó el mantenimiento de las tarifas del bonobús y la mejora en la accesibilidad conseguida por el aumento de las plataformas y rampas para discapacitados y personas con dificultades físicas.
"Nadie toma una decisión para fastidiar a los vecinos salvo que esté trastornado", proclamó el edil nacionalista para manifestar la buena intención de la reforma aplicada por Negreira, a lo que añadió que en algunos casos "la conveniencia personal puede que esté en contra del interés general", en alusión a las quejas de algunos barrios por los cambios en las líneas.
Tello se mostró a favor de penalizar la doble fila, de implantar más tramos de carril bus y de aumentar el número de líneas y de sus vehículos para mejorar las frecuencias, aunque suscitó las carcajadas de los concejales del PP cuando defendió la calzada exclusiva para el autobús por su experiencia como usuario habitual de la línea 4. "Nos acabamos de enterar que los coches oficiales pueden ir por el carril bus", ironizó luego Julio Flores. Tello recriminó en otra intervención a los concejales del PP que no le guste esa medida "porque quizá pasa por donde viven ustedes", a lo que el portavoz de los conservadores le espetó que se ha convertido "en el Sancho Panza del Quijote que nos gobierna".
Las protestas vecinales fueron también motivo de enfrentamiento entre Gobierno local y oposición, puesto que el PP negó que se haya producido un diálogo real para la puesta en marcha de los cambios. Flores aseguró que sólo una asociación vecinal se ha pronunciado públicamente a favor de la reforma y que ésta siempre alaba la gestión del Ayuntamiento, en referencia a la denominada IAR, de O Castrillón.
Nogueira leyó entonces una carta enviada por el otro colectivo de residentes de ese barrio, presidido por Francisco Mourelo, que fue candidato del PP en las pasadas elecciones locales. El edil socialista se refirió a las palabras del dirigente vecinal en las que la asociación daba su aprobación al cambio de líneas, por lo que acusó a Flores de ser un "reiterado mentiroso".
Tras el pleno, Mourelo remitió a los medios de comunicación el texto completo que había enviado al entonces concejal de Transportes, en el que la entidad da su respaldo a la remodelación sólo durante un periodo de pruebas de 15 días y si hay posibilidad de marcha atrás en caso de que hubiera una experiencia negativa.
El presidente de la asociación acusa a Nogueira de haber "tergiversado la realidad" y afirma que la Compañía de Tranvías sabe que su "mejor aliado es el Ayuntamiento y sus enemigos los usuarios".
Fuente: La Opinión de A Coruña
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