Tres meses podría perder el permiso de conducción y, en consecuencia, el empleo, un conductor de autobús urbano por el atropello que protagonizó hace un año en lo que entonces eran las obras de la avenida de la Universidad, al embestir por la espalda a uno de los trabajadores.
El juicio por lo que podría considerarse una falta de lesiones por imprudencia se celebró ayer en el juzgado de instrucción número 2, donde el perjudicado desgranó las secuelas que el accidente le ha acarreado: esguince cervical, hernia discal y distintos síntomas asociados, desde cefaleas hasta pérdida de sensibilidad en las manos.
Eso, además de los más de cuatro meses de baja y las 17 sesiones de rehabilitación, por unos dolores que, según explicó, apenas le permitían levantarse de la cama.
Todo, por el golpe que recibió por la espalda la mañana del 7 de noviembre de 2007, cuando ejercía labores topográficas en los trabajos de construcción del vial. El autobús urbano le golpeó desde atrás y le lanzó a cinco metros de distancia, según rememoró ayer en la sala de vistas.
Para la acusación, el atropello se debió a un imprudencia del conductor, que desatendió la señalización que se exhibía en una de las zonas valladas de los trabajos, y que tampoco prestó la atención pertinente a la carretera, como parece desprenderse de las palabras con las que se dirigió al herido nada más bajarse del bus: “No te había visto”.
En caso de que la magistrada entienda que sí hubo una conducta imprudente, el chófer podría perder su carné por tres meses y ser sancionado con una multa de 50 euros. Además, el fiscal reclama el pago de una indemnización de 16.700 euros -a asumir por el conductor y su compañía aseguradora- por los 142 días de baja laboral y las secuelas que sufre el perjudicado.
Fuente: El Ideal Gallego
a este le pegaron un pequeño golpe y ahora quiere vivir del cuento...
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