Los vecinos del entorno del Papagayo aseguran estar hartos de la situación del tráfico en esta zona. Lejos de ver una solución cercana, temen que con el nuevo bulevar a pleno rendimiento y la llegada del carril bus casi a la vez la calle de Panaderas se colapse.
El carril bus comenzará a funcionar en el mes de septiembre, según las previsiones que baraja el gobierno local. Poco después, con el comienzo del otoño, abrirán sus puertas las tiendas que albergará el Bulevar del Papagayo. Lejos de suponer una alegría, los vecinos consideran que estas dos circunstancias llevarán el “caos” circulatorio a la calle de Panaderas.
Aunque desde la asociación Ensenada del Orzán, su presidenta Aure López siempre mostró su satisfacción con la rehabilitación de la zona que ha supuesto el nuevo centro comercial urbano, también es cierto que nunca ha ocultado su preocupación por las consecuencias que su funcionamiento a pleno rendimiento llevaría al frágil equilibrio actual entre el tráfico rodado y la convivencia peatonal. Las casi mil plazas de aparcamiento que ha generado el bulevar, que estarán en continua rotación cuando la oferta comercial se active, preocupan a los residentes que, desde hace tiempo, reclaman al Ayuntamiento un plan que alivie los continuos problemas de la calle de Panaderas.
Para muchos, el retraso ya es evidente, algo que achacan a la falta de previsión. La portavoz de los vecinos expresó en diversas ocasiones la necesidad de convertir la calle en una vía de sentido único, cuestión que ya ha sido trasladada a la Concejalía de Tráfico, que dirige Florencio Cardador. Sin embargo, la propuesta no será contemplada hasta que comience el plan de reordenación circulatoria en todo el área de Pescadería.
Por otra parte, varias líneas de bus urbano tienen su recorrido por la calle de Panaderas. Los vecinos creen que la apertura al completo del Papagayo afectará también al transporte público, debido a que un aumento de la afluencia de vehículos dificultará el cumplimiento de las frecuencias.
Precisamente, el carril bus pasará también por ahí. Los vecinos auguran dificultades, ya que indican que será difícil reducir el número de coches particulares en favor de los autobuses. Si el nuevo vial cumple las previsiones, en poco menos de un mes entrará en servicio. Para los residentes en la zona, el tiempo de adaptación a la nueva prestación es a todas luces insuficiente, porque, con el comienzo de la temporada otoñal, los negocios de la planta baja del centro urbano atraerán a cientos de clientes.
Por este motivo, los afectados instan al Ayuntamiento a adoptar medidas urgentes, al margen del mencionado plan de reordenación, con el fin de prever posibles incidentes.
Fuente: El ideal Gallego
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